sábado, 14 de noviembre de 2009

María José Fernández Lozoya dijo...
De acuerdo con la teoría platónica, aquellos que conocen "la idea de Bien" deben gobernar pues conocen la auténtica realidad y pueden obrar bien. Trasladando esto a la actualidad, encontramos situaciones sobre las que analizar las ideas platónicas.Por ejemplo, el tema del aborto, que tanta polémica está creando últimamente. ¿Dónde está la crítica? ¿En que una chica de 16 años pueda comprar la píldora postcoital sin necesidad de que sus padres se enteren? ¿En que, ya en un estado más avanzado, una adolescente pueda decidir si quiere o no tener al bebé, independientemente de que sus padres lo autorizen o no? Está claro que en esas edades la madurez no se tiene y está lejos de alcanzarse, y que tampoco se tiene una orientación clara de hacia donde se dirigirá y de qué modo la propia vida, ahora bien, adoptando un pensamiento platónico: ¿quién debe decidir sobre el futuro de esa chica embarazada?. La respuesta sería: aquel que conoce el Bien, pero, ¿quién lo conoce? ¿Lo conocen sus padres, o sus familiares, o sus tutores, o los educadores, o los psicólogos, o los curas...? No, ¿por qué han de guiar a la chica? ¿Porque son sabios? ¿Porque, por ejemplo, ser padres les concede una sabiduría especial? Ellos tendrán mucha más experiencia que la niña, pero eso no les otorga el derecho de decidir sobre la vida de esta, pues cada uno es dueño de sí mismo y responsable de su vida y de lo que ocurra en ella.Como conclusión, frente a las ideas platónicas por las que el padre "sabio" debe decidir, yo prefiero una estructura política y de toma de decisiones que respete más al individuo y en el cual lo más importante no sea el todo ni se permitan las acciones negativas contra el individuo aunque sean favorables para el conjunto. Ello evitaría los excesos de totalitarismo que en la historia presuntos "sabios" (dictadores al fin y al cabo) han causado.

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