martes, 30 de marzo de 2010

8.- NIETZSCHE

Hola superhombrecillos
Estoy perdido de vacaciones en lo que pareciera un lugar paradisíaco y remoto pero, horrores de la tecnología, tengo wi-fi… hubiera sido una ocasión perfecta para dejar de ser el camello tan disciplinado que soy, que diría Nietzsche, pero ni mi conciencia ni la tecnología me lo permiten.... literalmente hablando, no podemos desconectar… Con lo que aquí os dejo el nuevo texto. Plazo máximo para vuestros comentarios: el primer día de clase, martes 6 de abril

Tres transformaciones del espíritu os menciono: cómo el espíritu se convierte en camello, y el camello en león, y el león, por fin en niño […] ¿Qué es pesado? así pregunta el espíritu paciente, y se arrodilla, igual que el camello, y quiere que se le cargue bien […] ¿Acaso no es: humillarse para hacer daño a la propia soberbia? ¿Hacer brillar la propia tontería para burlarse de la propia sabiduría? […] Con todas estas cosas, las más pesadas de todas, carga el espíritu paciente: semejante al camello que corre al desierto con su carga, así corre él a su desierto. Pero en lo más solitario del desierto tiene lugar la segunda transformación: en león se transforma aquí el espíritu, quiere conquistar su libertad como se conquista una presa, y ser señor en su propio desierto. Aquí busca a su último señor: quiere convertirse en enemigo de él y de su último dios, con el gran dragón quiere pelear para conseguir la victoria. ¿Quién es el gran dragón, al que el espíritu no quiere seguir llamando señor ni dios? “Tú debes”, se llama el gran dragón. Pero el espíritu del león dice “yo quiero” […] Crear valores nuevos -tampoco el león es aún capaz de hacerlo: mas crearse libertad para un nuevo crear- eso sí es capaz de hacerlo el poder del león. Crearse libertad y un no santo incluso frente al deber: para ello, hermanos míos, es preciso el león […] Pero decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacerlo? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño? Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí […] Tres transformaciones del espíritu os he mencionado: cómo el espíritu se convirtió en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño
(F. NIETZSCHE, Así habló Zaratustra, Madrid, Alianza, 1984, pp. 49-51).

jueves, 25 de marzo de 2010

FINALISTAS MARX

Y estos son los 5 seleccionados para Marx. Atentos, que durante la semana santa debéis meter vuestros comentarios de Nietzsche… qué paradójico!!!

GEMA SÁNCHEZ GALDÓN
Marx hace en este texto una dura crítica al capitalismo. A este sistema económico se deben las connotaciones negativas que se adhieren al trafajo, sinónimo ya practicamente de tortura.Los principios de la filosofía marxista no son solo aplicables al mundo laboral, podemos ampliarlos y amoldarlos a muchos otros contextos. Los referiré al sistema educativo actual ya que me es más familiar que el mundo del proletariado.En los últimos años el fracaso escolar sigue aunmentando de manera alarmante. Las causas son varias y no conviene apartar la vista de los que somos y seremos los principales culpables: los alumnos. No obstante no deja de llamarme la atención esa antipatía que, en general, sentimos por los estudios, esa falta de curiosidad, esa pasividad. Estudiamos para aprobar y aprobamos para trabajar. Trabajamos para tener dinero y poder comprarnos todo aquello que la publicidad y esta sociedad de consumismo nos meten por los ojos haciendonos creer falsamente que es lo que queremos, que es lo que nos interesa. No es ya tan ilógico el desagrado que despierta no la cultura sino la manera de la que se nos intenta endosar y su utilización como medio y no como fin en si misma. Estudiamos para trabajar para otros, no para saber, no estudiamos para nosotros, solo somos esclavos sin saberlo.

Beatriz escribano
Para Marx el capitalismo produce la desnaturalización del hombre y la violación de su verdadera naturaleza. Puesto que nuestra sociedad esta basada en unos pilares profundamente capitalistas, cuyas influencias nos llevan a la globalización mundial y a el consumismo; dicha situación produce en nosotros un efecto de alineación como nos comenta el propio autor. Dichas teorías las podemos observar a nuestro alrededor, somos una sociedad consumista en la que importa mas el que tener, que el como ser. Somos producto de la manipulación de los medios de comunicación, de los políticos, incluso de alguien que sea un poco mas listo que nosotros mismos debido a que no subyace en nosotros un rayo de curiosidad para conocer la verdadera realidad, es decir, nos encontramos dentro de la caverna, en las sombras, como citaba anteriormente Platón. Esto crea en nosotros un ciclo de vicio continuo e incesante del que no podemos salir fácilmente y que nos hace sentirnos bastante mal. En conclusión, somos una generación en la que prima lo superficial ( en general), que se cree lo mejor y no tiene ni mas remota idea de lo que es la vida y la cultura y lo peor es que no queremos saberlo.

OSCAR M dijo...
En pleno siglo XXI, todavía podemos ver el pensamiento socialista de Marx, no nos tenemos que ir a Cuba para ver la realidad, la vemos cada día en aquel emigrante ilegal trabajando sol a sol por un sueldo paupérrimo, que por cualquier circunstancias, ya sea por violencia o por un “mejor futuro”, han dejado todo lo que tenían y se ven ligados a asimilar que son parte de la gran clase obrera, la clase inferior, el proletario que ve su vida pasar en un puesto de trabajo que no desarrolla una libre entrega física y espiritual, soportando como el jefe se le roba su plusvalía, su dignidad y su felicidad. A esto es lo que llama Marx enajenación del trabajo, por lo cual se podria llegar a una conclusion: y si excavando en su trabajo, aquel emigrante ilegal se encuentra una piedrita de oro, ¿piensas que el seguiría trabajando como esta?, Marx dice que el trabajo ideal es aquel que no cueste trabajo realizar, esta es la base del pensamiento marxista

Rosalba Sánchez Martinez dijo...
Según Marx el trabajo y el individuo van por separado, es decir, el trabajo no pertenece a su ser,el individuo no se realiza,no se siente feliz, sino desgraciado,como diría Marx se produciría una reducción del hombre a mero medio, la violación de su verdadera naturaleza, la alienación,la desnaturalización sufrida al vender su fuerza de trabajo, por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo,su trabajo no es voluntario,sino forzado, el trabajo en que el hombre se enajena.Hoy en día hay pocas personas contentas y realmente satisfechas con su trabajo,por ello no es de extrañar que la gente este deseando tener dinero para poder dejar de trabajar o jubilarse en cuanto se pueda,como prueba de ello el gran revuelo que se ha formado porque el gobierno quiere retrasar la jubilacion hasta los sesenta y siete años.

MªDolores Moreno Montoya dijo...
Marx habla del trabajo alienado, mediante el cual no se alcanza la felicidad, sino que se encuentra fuera de él.En la actualidad todos los estudiantes estamos “alienados”, prácticamente ninguno de nosotros encuentra la felicidad aprendiendo. Estudiamos buscando el aprobado, no nuestra realización. Sin embargo, en mi opinión, la mayor parte de la culpa de todo esto, la tiene la sociedad que nos condiciona. Desde pequeños oímos la frase “estudia si quieres aprobar”, no se nos habla de “aprender”. Además estamos cansados de ver en televisión modelos de conducta en series cómo “física o química” y otras de ese mismo estilo, dónde las personas que mejor se lo pasan y las más populares, son aquellos alumnos que no estudian y que se pasan el día en la calle. Por otro lado los “empollones”, los que estudian por aprender, son los “raros” que no tienen vida socialOtra de las medidas que en mi opinión también nos ha llevado a esto, es la “obligación” de permanecer estudiando hasta los dieciséis años. El hecho de que te obliguen a realizar algo, ya no lo haces porque tu quieras aprender, si no porque es tu obligación.Por tanto, creo que la sociedad de hoy en día debería darse cuenta de todo esto, y tomar represalias cuanto antes. Si no, ¿Qué va a ser de una sociedad amargada, en la que nadie esté contenta con su trabajo, ni con aquello que realiza a lo largo del día?

sábado, 6 de marzo de 2010

7.- MARX

Hola camaradas.
He estado sin internet en el curso, así que no he podido introducir el comentario hasta ahora. Pero aquí lo tenéis. Como siempre, aquí os dejo el texto de Marx y, bueno, echadle imaginación. Os aconsejo que os centréis en el concepto de enajenación (alienación) no sólo en el trabajo, sino en un sentido mucho más amplio: cómo uno puede llegar a sentir ajeno cosas tan importantes como los estudios, las responsabilidades, el tomar parte activamente en asuntos públicos, el preocuparse por uno mismo, por su cultura, por su salud, por su mundo... y, alienado perdido, ve estupendo darse al zanganeo, la tele, las drogas, la molicie, el consumismo más absurdo, el hedonismo individualista más pueril y petardo... porque tú lo vales!!! jaja, tendríais que ver a vuestra generación desde fuera!!! o a la mía!!! jajajajaj
Fecha tope de entrega: friday, 12th.

¿En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de autosacrificio, de ascetismo. En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, en que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro. Así como en la religión la actividad propia de la fantasía humana, de la mente y del corazón humanos, actúa sobre el individuo independientemente de él, es decir, como una actividad extraña, divina o diabólica, así también la actividad del trabajador no es su propia actividad Pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo (K. Marx, Manuscritos: Economía y filosofía. Trad. de F. Rubio. Alianza, Madrid, 1986, p. 108).